Uno de los temas que abordamos en las sesiones presenciales de Educar con talento es el de las normas. En esta entrada me gustaría hablarte de la importancia que tienen las mismas y cómo deben ser para que tengan efectividad y se cumplan. Muchos de los problemas que nos encontramos a la hora de educar a nuestros hijos (conflictos, dificultades, etc.) tendrían fácil solución si desde un principio supiésemos establecer unas normas claras y sencillas.
¿Qué son las normas?
Son pautas o reglas que establecemos los padres que ayudan a nuestros hijos a funcionar en la vida, a distinguir lo que está bien de lo que está mal, entre lo que es peligroso y lo que no lo es. Y, aunque parezca contradictorio, las normas les ayudan a moverse con mayor libertad y sobre todo seguridad.
- Deben ser justas: Porque no se trata de imponer “porque sí” sino de establecer unas reglas que les ayuden a nuestros hijos a CRECER y desarrollarse de una manera integral.
- Las justas: Más vale que pongamos pocas normas y que éstas se cumplan que un exceso de normas que no se cumplen porque es imposible hacerlo. Seamos realistas a la hora de ponerlas.
Además, muy importante: debemos ir adaptando las normas a la edad y periodo evolutivo del niño. Algunas se mantendrán pero otras irán cambiando. Algunas serán innegociables pero otras se podrán negociar y consensuar con nuestros hijos (sobre todo en determinadas etapas).
¿Cómo deben ser las normas?
Las normas deben de reunir una serie de características. Estas 3 son fundamentales:
- Pocas (las justas).
- Claras y concretas.
- Sencillas y fáciles de entender.
Nos hemos de asegurar que las normas son comprendidas por TODOS los miembros de la familia (los niños pequeños también). Es muy importante recordad que si queremos que se cumplan los primeros que debemos cumplirlas somos los padres ya que somos su referente y debemos dar ejemplo. No podemos exigir lo que no cumplimos.
Veamos algunos ejemplos de “situaciones reales” que se deben regir por normas claras y precisas:
- La hora de hacer los deberes del colegio.
- La hora de acostarse y levantarse.
- El tiempo que dedican a conectarse a internet.
- El uso del teléfono móvil.
- Distribución de las tareas del hogar.
- Limpieza y orden de la habitación.
- etc.
Aplicar las normas
Una vez explicadas las normas nos encontraremos con que nuestros hijos más pequeños encuentran dificultades para cumplirlas. Debemos ayudarles recordándolas y estar prevenidos por sus posibles reacciones al no querer cumplirlas. Debemos mostramos firmes y que se cumpla aquello que hemos pactado. Aquí la ecuación mágica es: firmeza/exigencia+comprensión/cariño. Con el tiempo se adaptarán a las normas y la necesidad de cumplirlas. Por supuesto que si el niño no cumple las normas esto tendrá unas consecuencias. Debemos actuar con firmeza y decir NO cuando sea necesario pero hemos de tener en cuenta que la solución a los problemas no pueden ser los castigos. Es más, debemos evitarlos ya que no son para nada eficaces y tenemos a nuestra disposición mejores alternativas de las que hablaremos en futuras entradas.
Te voy a proponer una actividad para esta semana: Siéntate con tu pareja y hablad detenidamente sobre las normas que tenéis establecidas en vuestra familia. Revisadlas conjuntamente y comprobad si realmente se están cumpliendo. Anotad en un cuaderno aquellas que no se cumplen y al lado ideas sobre qué hacer para que las mismas sean más realistas y se cumplan. Pasado un tiempo revisadlas de nuevo eliminando aquellas que ya no son útiles y proponiendo nuevas (adaptándolas a la edad de vuestros hijos).
Espero que te haya resultado interesante esta entrada. Te agradezco mucho si la compartes con tus amigos en Facebook y Twitter. ¿Quieres ser el primero en recibir mis artículos y novedades? Suscríbete a mi Newsletter hoy mismo aquí.
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