martes, 29 de agosto de 2017

7 claves para mejorar la relación con tus hijos

Si queremos que la relación con nuestros hijos sea comunicativa y respetuosa esto precisa de un trabajo paciente y continuado por nuestra parte en cada una de las etapas educativas. Nada se consigue a golpe de castigo como muchos padres pretenden. Este es uno de los motivos por los que no debemos dar más importancia a una etapa que a otra: todas son importantes y en cada una de ellas debemos sentar las bases para las siguientes. Debemos entender la educación como un proceso a largo plazo como bien destaca Bernabé Tierno “Educar es sembrar y saber esperar”. 

Los cimientos de nuestra relación padres-hijos serán sólidos y firmes si trabajamos para establecer una relación comunicativa y respetuosa con nuestro hijo. Comprobarás que estas claves precisan de tu tiempo, dedicación y presencia. 

Veamos con detalle cuáles son estas 7 claves que  puedes empezar a aplicar ya mismo:


1. ENFOQUE POSITIVO: 

Como ya te comenté en esta entrada anterior, debemos trabajar para que la relación con nuestros hijos se base en el sentido del humor, el optimismo y las risas. Debemos alejarnos del pesimismo y el mal humor si queremos una construcción gradual y satisfactoria del vínculo con nuestro hijo.

2. ATENCIÓN:

Nuestro hijo necesita de nuestra atención. Se trata de una necesidad básica (sobre todo en la etapa infantil). Tanto la atención negativa (castigos, gritos, etc.) como la positiva (comunicación, afecto, sonrisas, etc.) son formas de atención. Debemos procurar enfocarnos en la atención positiva.

3. TIEMPO:

Nuestros hijos necesitan pasar tiempo con nosotros. Los niños (sobre todo cuando son más pequeños) necesitan tener cerca a los padres. Como no disponemos de tiempo para llegar a todo, lo importante es que aprendamos a establecer un orden de prioridades. Hablé de ello en esta entrada donde te ofrezco las claves para gestionar el tiempo si tienes hijos. 

Lo importante es que te centres en aquello que sí que puedes hacer con tu hijo y no poner tanto el foco en lo que dejas de hacer con él. Además, y esto es lo más importante de todo, cuando dediques tiempo a tu hijo que este sea de verdad (de calidad). No se trata de compartir habitación o estancia de la casa sino de ESTAR PRESENTES al 100% con ellos compartiendo actividades, juegos, diálogo, etc. No intentes suplir el sentimiento de culpa por no disponer de tiempo para estar con tus hijos con todo tipo de regalos pues es un error.

Como muy bien destaca J. K. Freud “el tiempo de calidad que ayuda a formar un buen vínculo no es simplemente el tiempo de ocio en el cine o en el parque. Disfrutar con los hijos de las actividades cotidianas es una buena forma de construir el vínculo”.





4. GUÍA:

A nadie le gusta ser corregido constantemente y mucho menos si siempre es a través de un castigo. El castigo se centra únicamente en el mal comportamiento. Nuestros hijos necesitan alguien que les ayude a mejorar y CRECER de forma cálida, amable, positiva y respetuosa. Como ya te comenté en una entrada anterior disciplina no es castigo y el objetivo de la misma es guiar, estimular, construir una sana autoestima y, por supuesto, corregir y evitar el mal comportamiento de forma respetuosa pero firme. Por tanto, entendemos disciplina como todo aquello que hacemos para ayudar a nuestros hijos a ser mejores. Nuestros hijos necesitan calidez y comprensión pero también firmeza.

5. EMPATÍA:

Nuestros hijos necesitan que sepamos ponernos en su lugar, que no olvidemos que nosotros en algún momento también fuimos niños (y adolescentes). Por eso es muy importante que sepamos relativizar los problemas y que veamos las cosas “con ojos de niño”

6. ESCUCHA:

Todos necesitamos sentirnos escuchados y valorados. Lo que ocurre en la comunicación con nuestros hijos es que estamos tan pendientes  y preocupados por lo que queremos decir que se nos olvida ESCUCHARLOS. Y es lo que más necesitan: que nosotros como padres les escuchemos atendiendo a sus miedos, dudas, sentimientos, etc. No lo olvides: si tu hijo se siente escuchado es más probable que también te escuche a ti. Escuchar a nuestro hijo no significa que perdamos autoridad sino más bien todo lo contrario, ya que le transmitimos las normas no por imposición sino con argumentos permitiendo una influencia creíble y positiva.

Una actitud de apertura y escucha facilitará y mucho la COMUNICACIÓN con tus hijos. Aunque no lo creas, están deseando contarte anécdotas, sentimientos del día a día, sus experiencias y vivencias, etc. Recuerda algo muy importante: cuando te hable no le interrumpas.


7. CUIDADO DE UNO MISMO:

Para una buena relación con los hijos es esencial que los padres se sientan bien consigo mismos. No se trata de “desvivirse por los hijos” pues como muy bien señala Maite Vallet “desvivirse no ayuda a los hijos. Los hijos necesitan a alguien, lleno de vida, que les enseñe a vivir. No alguien que renuncie a su propia vida por los hijos,  y que les pase factura por haber dejado de vivir”. Los padres también precisan de:

·      Tiempo para la pareja.
·      Tiempo para  ellos: para leer, practicar algún deporte, pasear, meditar, etc.
·      Invertir tiempo en su bienestar psicológico.

Si estamos bien con nosotros, manteniendo y trabajando ese bienestar psicológico tan necesario, estaremos en plenas condiciones para afrontar nuestra intervención educativa y ofrecerles lo mejor de nosotros a nuestros hijos.

Espero que estas 7 claves te hayan resultado interesantes y puedas aplicarlas en tu día a día para mejorar la relación con tus hijos... Espero tus comentarios y sugerencias. Muchas gracias por dedicarme tu tiempo.


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