sábado, 6 de julio de 2013

¿Padres o colegas?

"Yo soy amigo de mis hijos". Una afirmación que escucho muy a menudo en las sesiones de Escuela de Padres y Madres que imparto. Por supuesto que es bueno aspirar a ser amigos de nuestros hijos pero es importante recordarles que no podemos renunciar a nuestro papel de padres, que es insustituible.

Es bueno que los padres nos mostremos amistosos y que dediquemos tiempo a jugar con nuestros hijos pero en la actualidad nos estamos encontrando casos de padres (yo los denomino hiperpadressuperpapás) que parecen estar examinándose continuamente cuando pasan tiempo con sus hijos. Se preguntan a sí mismos: "¿lo estaré haciendo bien?, ¿se estará divirtiendo?, ¿tendrán suficiente con esto o le doy más?, etc." Vamos, más que padres parecen animadores socioculturales con una tremenda ansiedad porque sus hijos se diviertan, se lo pasen bien... Estar cerca de ellos no significa que hablemos como ellos o que usemos sus mismas expresiones, es decir como si tuviésemos 6, 15 o 17 años (recuerdo las imágenes recientes de esas madres que asistieron al concierto de Justin Bieber con sus hijas e incluso hicieron largas colas de más de 24 horas para que sus hijas tuvieran una buena ubicación en el concierto. Madres con atuendos, vestimentas y pinturas en la cara propias de niñas de 15 años).


No tenemos que "ganarnos" a nuestros hijos con el colegueo, queriéndoles demostrar que somos unos "padres guay" porque no podemos perder de vista que nuestros hijos van a tener muchísimos amigos, muchos colegas pero solo un padre y una madre. Por tanto, necesitan que actuemos
como tales. No pensemos que por marcarles unas normas y establecer unos límites claros nos van a querer menos: es lo que necesitan (hablé de ello en este artículo) pues como muy bien afirma María Jesús Álava Reyes "nada desconcierta más a los niños que la ausencia de normas". Los niños necesitan que actuemos como se espera de nosotros, es decir, como adultos. Tenemos que asumir nuestro rol por el bien de su correcto desarrollo.

Como muy bien destaca Emilio Calatayud: "yo soy padre de mis hijos, no su colega porque si no los estoy dejando huérfanos" y añade "en España no hay término medio y hemos pasado del padre autoritario al padre colega pasando de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos". 

Insisto, es bueno aspirar a ser amigo de tu hijo si entendemos por amigo "alguien que va estar ahí siempre que lo necesites" y no alguien que adopta actitudes infantiles, que no se corresponden con nuestra edad: querer ser amigo y colega de los amigos de tu hijo, salir de fiesta con tu hijo "a ligar", etc. No es saludable y esto siempre
tiene consecuencias negativas. Como destaca Javier Urra, "debemos recordar la infancia, no añorarla". No lo olvidemos: somos un referente para nuestros hijos, necesitan situarse y situarnos. No les ofrezcamos mensajes contradictorios pues dificultará ese "saber ubicarse". No podemos ni debemos invertir roles.

Como conclusión a este post me gustaría compartir contigo el DECÁLOGO DEL BUEN PADRE de mi gran amigo Javier Urra, epílogo de su último libro que recomiendo que leas "Respuestas prácticas para padres agobiados":

1. Amor paternal: Es imprescindible querer a los hijos y hacérselo saber en todo momento.

2. Disfrutar de los hijos: Hay que saber disfrutar de los hijos, pero también disfrutar con ellos.

3. Sonreír juntos: Fomentar el "piel con piel", compartir los sentimientos y sonreír en familia.

4. Educación: Compartir la tarea educativa con los profesores, implicándose en su formación.

5. Abuelos: Es importante dar cabida a los abuelos para que tengan una buena relación con sus nietos.

6. Ocio saludable: Los padres deben inducir a sus hijos a realizar actividades que impliquen un ocio sano y saludable.

7. Deporte en familia: Practicar todo tipo de actividades deportivas entre padres e hijos.

8. Naturaleza: Inculcar a los hijos el amor por la naturaleza y disfrutar de ella en familia.

9. Aprender de ellos: Hay que saber aprender de los hijos si queremos llegar a ser buenos padres.

10. Naturalidad: El buen padre no debe querer ser excepcional ni obsesionarse con ello.

Me gustaría conocer tu opinión: ¿crees que es bueno aspirar a ser amigo-colega de tu hijo?

"A veces el hombre más pobre deja a sus hijos la herencia más rica"
Ruth E. Renkel

Espero que te haya resultado interesante el artículo.Te agradecería que la compartieras con tus amigos en Facebook y Twitter. Como siempre, mil gracias por tu apoyo!!! 

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo en que como madre no puedo ser colega de mis hijos, pero amiga... Por supuesto q si. Un amigo escucha sin juzgar, empatiza con las emociones, ayuda , aconseja, acompaña, acepta a la otra persona tal como es. Definitivamente si quiero ser amiga de mis hijos. Yo tengo amigos de todas las edades, pero no tomo el sintron cuando estoy con amigos mucho mayores ( y por tanto mas sabios y serenos), ni me apunto a la misma liga de futbol en la q juegan mis amigos de 10 años (seria ridículo).
    Amistad si, pero desde mi edad y personalidad, sin mimetizar.
    Un saludo
    Ana Jover

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  2. Enhorabuena por tú artículo, una vez más me vuelves a sorprender. En mi humilde opinión, ser colega de los hijos y educar en estilo permisivo, otorgándole todo tipo de caprichos y placeres es educar en abundancia y baja riqueza en cuanto a valorar lo que se tiene. La comunicación es uno de los pilares findamentales para establecer buenas relaciones afectivas, maternales y parentales con los hijos. Ser colega tal y como lo expone el autor del artículo no beneficia pero si perjudica. Los padres son modelos de referencia y nadie nace sabiendo ser padres. Se aprende ejerciendo. Gracias.

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  3. La paternidad o la maternidad no está reñida con la amistad, la confianza y la responsabilidad para con los hijos y las hijas. Buena entrada.
    Un abrazo desde aula de infantil.

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