Hace
un par de semanas aparecieron en prensa unas declaraciones de Andreas Schleicher, director del informe PISA (Programa para la evaluación
internacional de alumnos) pronunciadas durante un encuentro en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo en las
que, entre otras cosas, afirmaba que en España “hay muchos profesores en
relación con el número de alumnos”.
Como
consecuencia a estas declaraciones algunos sindicatos han alzado la voz (por
ejemplo ANPE) afirmando que “lamentan que
un experto internacional justifique la política de recortes del Gobierno
central que castiga la educación pública española”. Además, exigen que el
profesorado “empiece a formar parte del
diseño del sistema, como profesional experto que es”.
En
una entrevista concedida a ABC el mismo Schleicher ante la pregunta: ¿La cantidad de profesores en España es
suficiente? Afirmaba lo siguiente:
“España ha hecho mucho por incrementar el
número de profesores y pagarles bien. Lo que no ha hecho todavía
suficientemente es elevar el estatus profesional de los profesores. La calidad
de un sistema escolar depende de la calidad de sus profesores. Los mejores
sistemas prestan atención a la selección y formación de su personal, velan por
la mejora del rendimiento de los profesores y cómo estructurar su retribución.
Proporcionan un entorno en el cual los profesores trabajan juntos para
articular buenas prácticas, así como vías inteligentes de promoción en sus
carreras”.
Me
sorprende esta afirmación ya que acaban de aparecer los resultados del “Índice Global del Estatus del profesor”,
un estudio elaborado por Varkey GEMS Foundation en un intento por comparar las actitudes y
el estatus del profesorado en 21 países del mundo y nuestro país ocupa una
posición intermedia en el índice: el doce de un total de 21 por delante de
países como Finlandia y Alemania. Lo que
es significativo es que el estudio refleja que los españoles tienen confianza
en sus docentes pero no tanto en el sistema educativo: siete de cada diez
personas confían en que los profesores impartan una buena educación.
Analizando el estudio es algo sobre lo que deberían meditar nuestros
políticos para que hagan partícipes al profesorado en cualquier proceso de
reforma pues son los que trabajan a pie de aula, desde la trinchera educativa y no que todo venga elaborado
desde despachos ministeriales. Esto debe cambiar si de verdad queremos una
REVOLUCIÓN EDUCATIVA y mejorar la educación en nuestro país. No podemos seguir
poniendo parches, y cometer los mismos errores que nos han llevado hasta aquí.
La situación es más grave de lo que parece…
Lo
primero que debemos tener es paciencia ya
que los cambios en educación son lentos y a medio-largo plazo, muy lejos de la
visión cortoplacista de nuestros políticos que no trabajan por mejorar la
educación. Para ellos es un arma arrojadiza de la que hacen uso para su propio
interés. Si de verdad les preocupase la educación muchos problemas ya los
habríamos resuelto.
En
mi artículo, “El profesor, la clave del cambio” apunto algunas ideas para empezar a mejorar nuestro sistema:
- Mejorar la formación del profesorado (tanto la formación inicial como la formación continua).
- Mejorar los equipos directivos de los centros y la gestión que realizan los mismos.
- Mejorar las relaciones entre las familias y la escuela.
- Trabajar para reconocer las habilidades y capacidades naturales de los niños y potenciarlas para que se desarrollen.
- Cambiar el concepto de éxito y fracaso en nuestro sistema educativo actual como mencioné en este artículo.
- Trabajar para educar y preparar a nuestros niños y jóvenes para un mundo cambiante e incierto.
- Etc.
Debemos
trabajar por recuperar el prestigio docente y sobre todo para que se ofrezca una formación
inicial y continua de máxima calidad que garantice que a educar se dedican los mejores como hacen otros países. Según los
recientes estudios, la clave del cambio y
la mejora del sistema pasa por la calidad del profesorado como bien puedes leer
en mi artículo “El profesor, la clave del cambio”. No solamente es importante
el número de profesores que tengamos sino la calidad, la formación y
preparación de los mismos. Necesitamos una cantidad acorde al número de alumnos
para no masificar nuestras aulas pero además debemos fomentar un profesorado
competente, preparado y bien formado. A esta formación deberían tener acceso los mejores.
¿Queremos cambiar y mejorar la educación?
Vamos a dejarnos ya de teorías y de problemas y vamos a pasar a la acción de una vez por todas. Vamos a
ofrecer soluciones reales a los problemas que tenemos. Trabajemos en equipos,
al unísono. Es momento de ponerse en marcha… ¿te apuntas?
Me
gustaría conocer tu opinión: ¿crees que sobran profesores en nuestro país?
Se puede decir mas alto pero no mas claro. Felucidades por el post. Sobran todos aquellos que están por estar. Sin pasión y amor por la Educacion es imposible la mejora.
ResponderEliminarConversar con los compañeros en entornos amables es una delicia. En esos encuentros nacen iniciativas cargadas de cariño que nos ayudan a mejorar nuestra tarea educativa. Y muchas veces se producen no porque lo mande la ley, sino porque la profesionalidad y el amor a la vida ayudan a ello. Son nuestros mejores argumentos. http://juanantonioperezbello.wordpress.com
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