lunes, 19 de enero de 2015

Los 3 secretos para gestionar el tiempo si tienes hijos

Aquellos que tenemos hijos nos solemos quejar frecuentemente de que no tenemos tiempo para nada, que al día le faltan horas… No sabemos qué hacer ya para “estirar el tiempo” y llegar a todo. Nos invade una sensación constante de “no poder hacer todo lo que tenemos por hacer”. Y es que si algo he aprendido desde que tengo hijos es precisamente eso: a aprovechar al máximo cada minuto de mi vida y no permitirme el lujo de perder el tiempo. No hay nada más triste que escuchar a alguien decir: “aquí estoy, pasando el rato” o “perdiendo el tiempo”.
El tiempo es el que hay y el día no tiene más de veinticuatro horas por mucho que queramos. Pero vivimos en un mundo de prisas, de urgencias y obligaciones. Lo que ocurre es que hay personas que esas veinticuatro horas les cunde muchísimo más que al resto y no me estoy refiriendo a los  “ejecutivos gurús de la gestión del tiempo” sino a los padres y las madres como tú y como yo que sacamos el tiempo de donde sea para educar, atender y pasar tiempo con nuestros hijos. ¿De qué forma se puede conseguir esto? Llevando a cabo una eficiente gestión del tiempo. Te voy a desvelar tres secretos para conseguirlo:

1. Empieza por eliminar los “ladrones de tiempo”:
Cada uno tenemos los nuestros. Por ese motivo identifica cuáles son los tuyos. De este modo podrás aprovechar al máximo ese tiempo que dedicas a tus hijos y cada segundo “de oro” que pases con ellos será tiempo de calidad. Veamos algunos ejemplos de “ladrones de tiempo”:
-       Reuniones innecesarias que debes saber aplazar o eliminar de tu agenda porque no te aportan nada.
-       Durante el tiempo que estás con tu hijo deja a un lado tu Smartphone,  olvida las llamadas, e-mails, Whatsapps, etc. Vive al máximo ese momento con atención y plena dedicación.
-       Apaga la TV mientras estás con tu hijo y atiéndelo como se merece.
-       Etc.
Se me ocurren muchísimos más pero debes ser tú quien identifique tus propios ladrones de tiempo para empezar a eliminarlos y que ese tiempo que pasamos con nuestros hijos sea de prioridad absoluta. De esta forma transmitiremos a nuestros hijos un mensaje necesario: “en este momento tú eres lo más importante y por eso te atiendo como mereces: solo estoy para ti” (nada de llamadas, mensajes, etc.)
“Lo importante es la calidad del tiempo que se pasa con el niño, no la cantidad, pero sí hay que cumplir una cantidad mínima” 
Silvia Álava


2.    Busca estrategias para compartir el tiempo
 Busca momentos donde poder compartir el tiempo con tus hijos: pueden ser situaciones cotidianas como por ejemplo mientras estamos comiendo o preparando la comida. Momentos cotidianos podemos convertirlos en momentos especiales.  Dedica una parte del día (por ejemplo al final del mismo) para preguntarle cómo le ha ido el día, qué es lo que ha hecho, qué cosas buenas le han pasado, etc. Del mismo modo cuéntale tú también cómo te ha ido a ti. Un buen momento para favorecer el diálogo y la comunicación con tus hijos.

3. Para poder dedicar tiempo a nuestros hijos también es necesario que gestionemos su tiempo.
No podemos sobrecargarlos de actividades extraescolares sin sentido solo para tenerlos “ocupados”. Es necesario dejar “huecos” en su agenda y que tengan tiempo para estar con nosotros, con sus amigos, con sus abuelos, etc. Como afirman Pilar Güembe y Carlos Goñi “la mejor actividad extraescolar a la que podemos apuntar a un niño es a la de pasar tiempo con sus padres y jugar”. No hay ninguna duda. De igual forma que el mejor juguete que podemos regalar a un niño es que sus padres jueguen con ellos.

Es importantísimo educar con nuestro ejemplo ya que somos un modelo para nuestros hijos. No podemos transmitirles nuestras prisas, urgencias, etc. Si no somos capaces de gestionar nuestro propio tiempo no esperemos que ellos lo hagan. Lo único que conseguimos es que unos y otros perdamos minutos, horas, días, etc. De poder disfrutar juntos. Y como se suele decir, el tiempo que pasa no se recupera, no vuelve. De ahí la importancia de educar (y educarnos) en vivir en el momento presente sin las ataduras del pasado ni la proyección del futuro. Empieza ahora mismo: apaga el ordenador, deja a un lado tus obligaciones y ponte a jugar con tu hijo. Vive y disfruta al máximo este momento…

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