Vivimos en una sociedad que cambia a un ritmo vertiginoso. El mundo educativo no es ajeno a estos cambios: las nuevas tecnologías, los cambios en los sistemas educativos, en los entornos, etc. Todo ello en el marco de una gran crisis global.
Por este motivo creo que es necesario que desde los centros educativos, en nuestras aulas iniciemos una transformación profunda a través de una innovación real y efectiva que nos ayude a establecer un cambio educativo.
Cuando hablamos de innovar inmediatamente nos vienen a la cabeza imágenes de productos tecnológicos que han revolucionado nuestra sociedad pero para mi innovar es ir más allá: es ofrecer algo distinto, diferente y revolucionario en cualquier ámbito. Y en educación se puede y se debe innovar introduciendo materiales, metodologías y formas de actuar que ayuden a trascender el sistema caduco en el que todavía se asienta la escuela del siglo XXI.