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jueves, 17 de marzo de 2016

¿Sois padres? Concentraos en vuestras fortalezas

Una de las actividades que suelo proponer a las madres y padres que participan en mis cursos y talleres es la elaboración de su propio DAFO familiar. Se trata de un método que les ayuda a analizar la situación concreta de su realidad familiar a través de un análisis de sus:

·      Debilidades
·      Amenazas
·      Fortalezas
·      Oportunidades

El objetivo es que una vez analizado todo esto definan acciones concretas y se pongan en marcha para mejorar sus debilidades haciendo frente a las posibles amenazas. También destaco que deben potenciar sus fortalezas aprovechando al máximo las oportunidades que se presentan. Y de esto precisamente quiero hablarte en este post: concentraos al máximo en vuestras fortalezas. Según Tal Ben-Shahar “los que invierten en sus fortalezas son más felices y tienen más éxito”. Aquí cuando hablamos de éxito nos referimos a poder conseguir lo que deseamos: educar de la mejor manera posible a nuestros hijos.



Para poder descubrir vuestras fortalezas debéis haceros este tipo de preguntas: ¿qué hacéis bien como padres?, ¿qué se os da bien?, ¿dónde pensáis que está vuestro “talento educativo”?, ¿cuáles son vuestras mejores habilidades parentales?, ¿qué es lo que dicen vuestros hijos que hacéis bien?, etc.

Dedicad tiempo a hablar de esto en pareja, y cada uno de vosotros comentad cuáles pensáis que son las fortalezas del otro (en ocasiones no vemos o no percibimos nuestras fortalezas y son los demás los que nos tienen que decir qué es aquello que hacemos bien). Conocer y trabajar con vuestras fortalezas no sólo os ayudará a educar mejor sino que al ponerlas en práctica os darán un sentido de valía y de hacer bien las cosas y esto os ayudará a ser más felices y afrontar vuestra tarea educativa con mayor seguridad y tranquilidad.  Quienes principalmente van a notar esto son vuestros hijos…

#PARA PENSAR*

En su libro Soar with Your Strengths, Donald Clifton y Paula Nelson cuentan la parábola de un colegio recién abierto en el bosque, destinado a formar a los animales más jóvenes en todos los ámbitos:

El primer día, un conejo pequeño llega al colegio y le envían a la clase de correr y saltar, ya que se le da bien y además le gusta; al llegar a casa después de las clases está tan contento que está deseando volver al colegio al día siguiente. El segundo día, los profesores le mandan a clase de vuelo y natación, que se le da muy mal y odia profundamente; se siente un fracasado y llega a casa desanimado y descorazonado. Cuando les dice a sus padres que quiere dejar el colegio, éstos le contestan que tiene que continuar porque su éxito futuro dependerá de que se haya formado en todos los ámbitos.

Cuando vuelve al colegio, recibe clases extraordinarias de natación y vuelo porque tiene que mejorar en esas áreas; sin embargo, cancelan sus clases de correr y saltar porque consideran que ya es bastante bueno y que no tiene que seguir trabajando en ellas.

Esta parábola, lamentablemente recoge la realidad- o parte de ella- de muchas organizaciones, tanto educativas como empresariales (también aplicable a nuestra realidad educativa diaria). Aunque no hay duda de que no tenemos que ignorar nuestras debilidades- tenemos que aprender a escribir, a hacer cálculos aritméticos básicos y adquirir algunas habilidades en el trabajo simplemente para defendernos del mundo-, tampoco tenemos que ignorar nuestras fortalezas, y hemos de destinar gran parte de nuestros esfuerzos a cultivar nuestros talentos y habilidades.

Para sobrevivir tenemos que invertir en nuestras debilidades y para progresar, en nuestras fortalezas.


Piensa en tus puntos fuertes como madre o padre. Ahora piensa cómo puedes utilizarlos más frecuentemente en tu vida diaria.

* Del libro "Elige la vida que deseas" de Tal Ben-Shahar


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