Actualmente vivimos en una sociedad de
padres preocupados. Nunca hasta hoy habíamos tenido acceso a tanta información
sobre cómo educar a nuestros hijos, lo cual debería facilitar la crianza de los
mismo, pero también, nunca hasta ahora ha resultado tan difícil educarlos.
Normalmente los padres que asisten a las
sesiones de las diferentes Escuelas de Madres y Padres que imparto suelen ser
padres preocupados pero sobre todo ocupados e implicados en la educación de sus
hijos. Muchas veces necesitamos a alguien que nos ayude, nos oriente y nos diga
en qué estamos fallando pero también qué es lo que estamos haciendo bien, es
decir, si vamos por buena dirección en nuestra acción educativa diaria.
Uno de los grandes problemas con los que nos
encontramos es que “los expertos en educación” tienden a transmitir un mensaje
negativo y casi siempre este mensaje se centra únicamente en qué es aquello que
hacen mal los padres. Esto produce un sentimiento de angustia y culpabilidad
en los mismos. Estamos obligados a cambiar el discurso. A mi siempre me
gusta iniciar las Escuelas de Padres con un mensaje positivo y optimista que
ayude a las familias a mejorar su autoestima educativa y elevar su confianza en
sí mismas a la hora de educar. El mensaje que intento transmitir es el
siguiente:
“Ante
todo mucha tranquilidad. Muchos os habrán dicho que lo estáis haciendo mal y
continuamente os darán consejos y orientaciones con las mejores de las
intenciones. No os preocupéis porque lo estáis haciéndolo muy bien. Os equivocaréis
como todos pero para eso estamos: para aprender y mejorar. Empezad a quitaros
de encima ese sentimiento de culpabilidad que tenéis. A lo largo del presente
curso os voy a ofrecer pautas y herramientas que os ayudarán a hacerlo cada vez
mejor”.
Normalmente los padres nos preocupamos por
todo (sobre todo aquellos padres que son primerizos). Te invito a que entres a
cualquier foro de embarazadas o madres recientes y compruebes cuáles son las
preocupaciones más frecuentes: la temperatura del agua para bañarlos, el sueño
del bebé, si lo cogemos en brazos o no, si tiene catarro, por qué es agresivo,
y así un largo etcétera. A medida que
los pequeños van creciendo las preocupaciones van en aumento y aparecen otros
problemas bien distintos. Como afirma el juez Calatayud “niños pequeños problemas pequeños, niños grandes problemas más
grandes”. Es algo totalmente normal y habitual. De hecho en un estudio
estadounidense del año 2003 se destaca que el
65% de los padres recientes están obsesionados por que le pueda suceder algo
malo a su bebé.
¿Por
qué tanta preocupación y miedo?
Como vemos es algo totalmente normal y
habitual. Existen numerosos estudios que intentan dar una explicación al
respecto. Me gustaría presentarte algunos de ellos:
- Estudio publicado en Neuroscience & Biobehaviuoral Review (2011) en el que se destaca que la reacción de miedo después de haber tenido un hijo podría ser un vestigio evolutivo de nuestro pasado cuando el embarazo y la primera infancia eran muy peligrosos: infecciones, agresiones, accidentes, etc. con una alta tasa de mortalidad.
- Otro estudio destaca que el cerebro y las hormonas cambian durante la crianza de los hijos para que estemos alerta y protejamos a nuestros hijos.
- Cierto nivel de preocupación puede ser el modo en que la naturaleza te prepara para la maternidad.
El objetivo del presente artículo es
mostrarte que la preocupación que tenemos es algo normal pero que la misma no
se puede convertir en algo excesivo y contraproducente ya que muchas veces este
exceso de preocupación o “hiperpreocupación” puede dar lugar a que
sobreprotejamos a nuestros hijos y también dar paso a una autoculpabilización: “lo
estoy haciendo muy mal”. Por tanto, proteger y preocuparnos sí pero
sobreproteger no.
¿Qué
podemos hacer?
Es momento de que empecemos a “trabajarnos a
nosotros mismos” y nos dejemos de preocupaciones y anticipación (ya lo dice la propia palabra: pre-ocuparse) de problemas
que jamás se nos van a presentar si queremos que nuestros hijos crezcan y se
desarrollen con naturalidad para convertirse en personas felices y responsables.
Mi consejo principal: actua con naturalidad.
No busquemos recetas mágicas y rápidas para
educar pues no existen. La educación precisa de paciencia, constancia y
compromiso. Estas son algunas de mis recomendaciones para eliminar nuestras
preocupaciones extra:
- Lee buenos libros y revistas sobre educación que te ayuden a estar al día e informado. Contrasta opiniones y pon en práctica aquello que te resulte útil.
- Consulta a otros amigos que ya son padres y madres para compartir con ellos tus inquietudes, temores y opiniones.
- Participa en foros de opinión y debate por la red. Te ayudará a conocer la realidad de otras familias y a darte cuenta que tus problemas no son únicos y exclusivos.
- Consulta páginas web y blogs interesantes sobre educación y crianza.
- Escucha programas de radio y visualiza programas de televisión sobre educación y crianza.
- Asiste a charlas, cursos, jornadas o Escuelas de Madres y Padres.
No olvides que educar
es un proceso que no termina nunca. Por tanto, intenta disfrutar y aprender
cada día de tu hijo a medida que va creciendo pues la educación siempre se da en
dos direcciones. Educa desde los primeros días, desde los primeros años. Además
no olvides jamás que cada hijo es único e irrepetible y por tanto no puedes tratar a todos por igual: lo que es válido para uno quizás para el otro no te
sirva.
No concentres tus esfuerzos en algunas etapas educativas ya que no hay
una más importante que otra: todas son importantes. Educar no debe convertirse
en un proceso angustioso sino en una oportunidad de disfrutar con nuestros
hijos.
No hay tiempo que
perder, nuestros hijos nos necesitan y nosotros somos sus referentes. ¿Qué
ocurrirá si sus referentes estamos llenos de dudas y temores?
¿Cuál es tu opinión?,
¿crees que nos preocupamos en exceso?, ¿cuáles son tus preocupaciones más
habituales en la educación de tus hijos?, ¿de qué forma das solución a estas preocupaciones?
Espero que te haya resultado interesante este post. Te agradecería que lo compartieras con tus amigos en Facebook y Twitter. ¿Quieres ser el primero en recibir mis artículos y novedades? Suscríbete a mi Newsletter hoy mismo aquí.
Espero que te haya resultado interesante este post. Te agradecería que lo compartieras con tus amigos en Facebook y Twitter. ¿Quieres ser el primero en recibir mis artículos y novedades? Suscríbete a mi Newsletter hoy mismo aquí.
Un post realmente interesante, y no sólo para padres, si no que también, como educadora, es importante saber qué es lo que más le preocupa a los padres de nuestros alumnos y alumnas, y en cada reunión o tutoría, donde pueden expresar sus "miedos" o "preocupaciones" es muy acertado hablarles desde la positividad y darle ese voto de confianza. Sentirse culpable sólo empeora el problema. Además, como nos dices "trabajarnos a nosotros mismos" creo que es el primer paso, ya que, tanto la familia como los educadores son un reflejo y un ejemplo constante para los pequeños, y, a veces hay que asumir que si algo no va bien quizás el problema no esté en ellos si no en nuestras conductas o respuestas ante la diversas situaciones.
ResponderEliminarUn saludo, sin duda compartiré el post en mi página de facebook.
(Clara Gómez desde "Ma petite fenêtre")