
Se trata del acoso escolar tradicional extrapolado a un entorno que no tiene unas limitaciones espaciales (el colegio) ni temporales (el horario escolar) e incluso físicas (en caso de agresiones). Esto provoca una mayor tensión emocional para el menor y al mismo tiempo dificulta su detección y la posterior actuación por parte de padres y educadores.
¿Por qué es especialmente grave el ciberbullying?
Principalmente
porque tiene un mayor impacto y repercusión que el acoso escolar ya que la
tecnología permite esta amplia difusión de manera inmediata: si esto se graba y se transmite
por la red, se lo muestras al mundo, amplificando el efecto del daño y el dolor
del niño.
¿Cómo se manifiesta el ciberbullying?
Las formas que adopta son muy
variadas y sólo se encuentran limitadas por la pericia tecnológica y la
imaginación de los menores acosadores, lo cual es poco esperanzador.
Algunos ejemplos
concretos podrían ser los siguientes:
1. Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada
mediante fotomontajes) datos delicados, cosas que pueden perjudicar o
avergonzar a la víctima y darlo a conocer en su entorno de relaciones.
2. Dar de alta, con foto incluida, a la víctima en un web
donde se trata de votar a la persona más fea, a la menos inteligente… y
cargarle de puntos o votos para que aparezca en los
primeros lugares.
3. Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima,
en redes sociales o foros, donde se escriban a modo de confesiones en primera
persona determinados acontecimientos personales, demandas explícitas de
contactos sexuales…
4. Dejar comentarios ofensivos
en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima de
manera que las reacciones vayan posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la
usurpación de personalidad.
5. Dando de alta la dirección
de correo electrónico en determinados sitios para que luego sea víctima de
spam, de contactos con desconocidos…
6. Usurpar su clave de correo
electrónico para, además de cambiarla de forma que su legítimo propietario no
lo pueda consultar, leer los mensajes que a su buzón le llegan violando su
intimidad.
7. Provocar a la víctima en
servicios web que cuentan con una persona responsable de vigilar o moderar lo
que allí pasa (chats, juegos online, comunidades virtuales…) para conseguir una
reacción violenta que, una vez denunciada o evidenciada, le suponga la
exclusión de quien realmente venía siendo la víctima.
8. Hacer circular rumores en
los cuales a la víctima se le suponga un comportamiento reprochable, ofensivo o
desleal, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo que leen,
ejerzan sus propias formas de represalia o acoso.
9. Enviar menajes amenazantes
por e-mail o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet
en los se relaciona de manera habitual provocándole una sensación de completo
agobio.
Los ciberacosadores presentan
muy poca capacidad empática, no se ponen en el lugar de la víctima y pierden la
visión ética del uso de la tecnología.
Prevención
Como destacan en Internet Segura for Kids, la prevención pasa por minimizar los factores que lo favorecen (tanto en víctimas, acosadores y testigos), dar herramientas para gestionar los conflictos antes de que deriven en situaciones más graves y proporcionar mecanismos para pedir ayuda.
Por ese motivo es tan importante:
- COMUNICACIÓN: Hablar cotidianamente con los menores, para estar al día de las aplicaciones, redes sociales y juegos que utilizan, quiénes son sus amistades online y qué hacen en la red. Cuando sea necesario, supervisar su actividad con las herramientas de control parental y comentarlo. Se trata de preocuparse, con naturalidad, como hacemos con su día a día en el centro educativo o en el parque con los amigos. Además, podemos aprovechar las noticias en los medios de comunicación, películas, etc. para que nos hablen de los riesgos en Internet y darles buenas prácticas.
- CONFIANZA: Cuidar una relación de confianza con ellos para que en caso de problemas acudan a nosotros (u otro adulto de confianza) sin miedo a reacciones exageradas. Además debemos tratar de ser un modelo a seguir con nuestro comportamiento online.
- EJEMPLO: No podemos pedirles una responsabilidad en el uso de móviles y redes sociales que no cumplimos nosotros.
- Potenciar sus habilidades sociales (autoestima, empatía, autocontrol, resolución de conflictos, asertividad, espíritu crítico) de modo que no lleguen a iniciar el acoso, o en caso de sufrirlo sepan gestionarlo y responder adecuadamente. También es fundamental en el papel de los testigos o espectadores, pues pueden reforzar el ciberacoso si comparten, dan me gusta a los mensajes, o simplemente “miran para otro lado”, pero también pueden detenerlo si no se callan, apoyan a la víctima y alzan la voz contra el agresor, llegando a denunciar ante un adulto responsable.
- PRIVACIDAD: Emplear cuentas privadas en redes sociales, limitar el número de contactos («una cuenta con 300 amigos no es privada») y configurar sus opciones de privacidad a fin de reducir la información expuesta en Internet (mensajes, fotos, etc.), que un acosador podría utilizar para atacarles. En la misma línea, se deben evitar prácticas de riesgo: no compartir información sensible (imágenes íntimas, contraseñas, geolocalización, mensajes que pudieran perjudicarles), no aceptar como amigos a quienes no conocen en persona, no quedar con desconocidos, etc.
- Gestionar los conflictos antes de que puedan llegar a un ciberacoso. Mantener la calma y no agrandarlos con reacciones exageradas (por ejemplo respondiendo con insultos), ni con una actitud pasiva. Se debe responder asertivamente para encontrar una solución.
- Estar atentos a cambios repentinos en los menores como brotes de agresividad, o pasividad, reacciones exageradas ante una broma, cambios en las amistades, aprensión o indiferencia en el uso de Internet, etc. Aunque los cambios forman parte de la adolescencia, también nos pueden dar pistas sobre posibles problemas.
SI TU HIJO SUFRE CIBERACOSO…
- Escucha atentamente y con interés lo que te
cuenta para confirmar que es cierto. No minimices el problema pensando que “no es para tanto” o “son cosas de niños”.
- Actúa de manera inmediata y contundente no
puedes dejar pasar ni un minuto.
10 Consejos
básicos contra le ciberbullying
1. No contestes a las provocaciones, ignóralas. Cuenta
hasta cien y piensa en otra cosa.
2. Compórtate con educación en la
Red. Usa la Netiqueta.
3. Si te molestan, abandona la conexión y pide ayuda.
4. No facilites datos personales. Te sentirás más protegido/a.
5. No hagas en la Red lo que no harías
a la cara.
6. Si te acosan, guarda las pruebas.
7. Cuando te molesten al usar un servicio online, pide
ayuda a su gestor/a.
8. No pienses que estás del todo seguro/a al otro lado de
la pantalla.
9. Advierte a quien abusa de que está cometiendo un delito.
10. Si hay amenazas graves pide ayuda
con urgencia.
¿Qué hacer si tu hijo es víctima?
Siguiendo las indicaciones de Pere Cervantes y Oliver Tauste, autores del libro "Tranki pap@s" debes:
- Averiguar con exactitud qué ha ocurrido.
- Determina cuánto tiempo hace que se produce esa situación.
- Averigua cuáles son las direcciones exactas de correo electrónico y de mensajería instantánea del autor.
- Aporta las direcciones web y URL de las páginas web y los perfiles de las redes sociales donde hayan ocurrido los hechos.
- Siempre es preferible que, a la hora de aportarlos, imprimas todos esos datos a que los escribas en un papel. Ejecuta capturas de pantalla y grábalas en una memoria externa para presentarlas en las dependencias policiales.
- Asesórate, si es necesario, en la comisaría o en el puesto de la Guardia Civil más cercano, ya que en ocasiones hay conductas que, aunque puedan parecernos reprochables, no son delictivas, por lo que deberían adoptarse medidas en otro ámbito, como el escolar, el familiar, la ayuda de terapeutas o psicólogos, etc.
- Durante todos estos pasos no olvides estar tranquilo, ya que una reacción desmesurada podría traer más problemas.
- Si finalmente decides denunciar los hechos ante la Policía, es muy recomendable que el menor afectado acuda también, si es posible, a la comisaría, ya que puede aportar información que no te haya contado antes y porque sabrá explicar mucho mejor lo que ha estado ocurriendo.
Por desgracia cada día aumenta más esta horrible práctica, especialmente entre los más jóvenes. Se debe educar a los niños con muchísimo cuidado en el uso de las nuevas tecnologías. Hay que actuar en la raíz del problema: en lugar de enseñar qué hacer cuando un niño sufre bullying, debemos educar en la empatía para que jamás ningún niño decida acosar a otro (tanto virtual como personalmente), además de que no se callen y pidan ayuda cuanto antes. Un artículo realmente interesante y necesario.
ResponderEliminar