Hace un tiempo publiqué una entrada bajo el título “Lo que nuestros hijos nos oyen decir” en la que destacaba la importancia de cuidar aquello que decimos a nuestros hijos pero también de qué forma se lo decimos. En esta entrada expuse las 30 afirmaciones que más escuchan los niños en boca de los adultos (puedes leerlas aquí).
En el presente artículo me gustaría compartir contigo algunas de las expresiones que escuchamos con frecuencia en la comunicación entre padres e hijos. Expresiones de:
- ANTICIPACIÓN: Al educar solemos enfocarnos en lo negativo, en lo mal que hacen las cosas nuestros hijos. Por este motivo son frecuentes las afirmaciones que anticipan lo malo que va a ocurrir. Esto es muy destructivo y además puede desencadenar en “la profecía autocumplida” que por el mero hecho de enunciarla se cumple.
- “Será mejor que lo dejes ya. De todas formas te saldrá mal”
- “Vas a suspender el examen”
- “Ni lo intentes, vas a fracasar”
- AMENAZA: Son expresiones que usamos para intentar cambiar la conducta del niño. La mayoría de las veces solo queda en eso, en una amenaza sin ningún tipo de consecuencia.
- “Verás cuando se lo cuente a tu padre/madre…”
- “Como lo vuelvas a hacer verás…”
- “Si voy ahí…”
- “No te voy a querer”
En ocasiones son los hijos los que amenazan o chantajean a los padres también:
- “Como no me lo compres verás…”
- “Si no me dejas salir te acordarás de mi…”
- ODIO-AVERSIÓN: También manifestamos expresiones que denotan odio. Hay que ir con muchísimo cuidado con este tipo de expresiones por el impacto emocional que suponen y el daño que pueden llegar a hacer.
- “No te aguanto más”
- “Te odio”
- “No sé qué hacer ya contigo. No quiero ni verte”
- GENERALIZAR: Un gran defecto que tenemos los padres es la tendencia a la generalización. Entre el NUNCA y SIEMPRE hay toda una escala de grises…
- “Nunca haces caso a lo que te decimos”
- “Siempre estás mintiendo”
El niño también utiliza este tipo de expresiones:
- “No me entendéis”
- “Siempre me estáis regañando”
- “A mis amigos sus padres no les castigan”
- CULPABILIDAD: Son expresiones que les decimos para que se sientan culpables, una forma de reprocharles cosas.
- “¿Pero qué hemos hecho mal contigo?”
- “Con todo lo que hemos hecho por ti… Así nos lo pagas”
- “Tienes la culpa de todo”
- COMPARACIÓN: Otras expresiones que usamos para comparar a nuestro hijo con otro (a veces con su propio hermano/a con lo que esto conlleva).
- “Todos tus amigos han aprobado y tú no”
- “Mira tu hermano. Él sí que es responsable”
- “A tu edad yo ya estaba trabajando”
No me gustaría ofrecerte solamente ejemplos de expresiones negativas. También mostramos expresiones de afecto, de cariño. Estas son las que tenemos que potenciar:
- “Te quiero”
- “Cuenta con nosotros siempre…”
- “Muchas gracias hijo”
- “¿En qué te puedo ayudar?”
Por este motivo te recomiendo la lectura del artículo de mi buena amiga Elena Roger “40 frases motivadoras para nuestros hijos”
Es muy importante que no nos enfoquemos únicamente en lo negativo. Debemos buscar y encontrar lo que es valioso en nuestros hijos. Pongamos el foco en sus cualidades y méritos que seguro que los tienen y muchos. Debemos reforzar y potenciar sus cualidades. ¿De qué forma? A través del poder del lenguaje: de aquello que les decimos. Por ello es esencial mejorar nuestra comunicación para educar mejor a nuestros hijos. Esto les permitirá CRECER y desarrollar una personalidad equilibrada. Debemos cuidar al máximo nuestro lenguaje.
Te propongo un sencillo ejercicio: durante los próximos 21 días (como sabes es el tiempo que tardamos en instaurar un hábito) concéntrate en evitar las expresiones negativas-destructivas y concéntrate en mejorar esta comunicación con tus hijos a través de un lenguaje positivo, optimista y sincero. Comprobarás que se produce un CAMBIO incluso en el ambiente familiar. Espero que me cuentes tu experiencia…
Tienes toda la razón ,tu libro me gustaría haberlo tenido a mi alcance me hubiese gustado y de hecho busque libros para educar a mi hijo único sola, y muy joven ,y triste.Es hoy día cuando le digo lo importante q es para mí , lo mucho q lo quiero y q es único.
ResponderEliminarEl Experimento sirve con mi hijo de 40 años.A los dos dos nos encanta sentirnos cómplices y felices a pesar de tener su familia, ha salido un padre muy cariñoso y bueno.El experimento de ser positiv@ puede trasladarse a cualquier tipo de convivencia.