Hoy quiero compartir contigo mi colaboración en el suplemento especial del diario El Mundo (edición Comunidad Valenciana) LOS RANKING DE EL MUNDO 2015/2016 con la clasificación de los 50 centros educativos de la Comunidad Valenciana más destacados, según 27 criterios que tienen en cuenta desde las instalaciones o las actividades extraescolares a la oferta de idiomas y la aplicación de las nuevas tecnologías en el aula. Quiero dar las gracias a Noa de la Torre por contar con mi aportación en forma de artículo para este interesante suplemento.
En el artículo hablo sobre la importancia de que formemos un equipo Familia y Escuela para cambiar la educación. Aquí tienes la publicación en el periódico y abajo la transcripción completa del mismo:
Familia y Escuela, un EQUIPO para
cambiar la educación
Últimamente
se estamos recibiendo un mensaje claro desde diversos frentes: es necesario cambiar la educación más
allá de las reformas educativas que plantean nuestros políticos. Pero para
poder realizar este cambio no es suficiente con desearlo con todas nuestras
fuerzas, tenemos que pasar a la acción. Si queremos conseguirlo el primer paso
es promover una mejora en las relaciones entre la familia y la escuela.
Si
observamos atentamente, las relaciones entre la familia y la escuela están
basadas en el recelo y la desconfianza mutua, en términos generales. Los padres
cuestionan el papel y la labor del profesorado y éstos, a su vez, hablan de la
dimisión de las familias en su acción educativa. Si a esto le añadimos una falta de diálogo y
comunicación entre ambas instituciones podemos afirmar aquello de “Houston, tenemos un problema” pues familias y escuela no podemos permitirnos
el enfrentamiento, necesitamos avanzar juntos de la mano ya que está en juego
el futuro de nuestros hijos y alumnos, es decir, el futuro de nuestra sociedad.
Dejemos
de una vez a un lado nuestros prejuicios, nuestras falsas ideas y creencias
para empezar a establecer un nuevo modelo de relación entre familias y escuela.
Por eso es necesario que actuemos como un auténtico equipo educativo capaz de
promover el cambio educativo a través de un proyecto educativo único que vamos
a compartir.
“Familias y escuela necesitamos compartir, no competir”
¿Y
de qué forma podemos conseguir esto? Pues es más sencillo de lo que parece. Lo
conseguiremos cuando TODOS, padres y docentes tomemos conciencia de la
importancia de estos cuatro ejes fundamentales:
1.
Una
buena comunicación: necesitamos trabajar al máximo la comunicación entre padres
y docentes permitiendo que sea fluida y óptima evitando el uso de un doble
lenguaje. Restablezcamos la comunicación en las reuniones, en las tutorías,
haciendo un buen uso de las nuevas tecnologías, etc. Si lo conseguimos habremos
dado un paso importantísimo para mejorar esta relación.
2.
Aumentando
la participación: desde los centros debemos permitir y favorecer la
participación de las familias (no siempre ocurre). La participación ha de
promoverse de manera compartida y todos los miembros de la comunidad educativa
debemos establecer estrategias de participación. Debemos establecer un nuevo
modelo de AMPA que persiga como objetivo principal promover este cambio
educativo tan necesario. Para ello su participación es esencial y ha de ir más
allá de la participación en actividades como Carnavales, final de curso, etc.
Necesitamos AMPAS con iniciativa, con capacidad de liderazgo, que mantengan una
relación fluida con el claustro y sobre todo participativa, es decir, que
cuente con todos los padres y las madres.
3.
Estableciendo
una colaboración estrecha y animosa: debemos buscar vías y formas de
colaboración. Es fundamental que las familias se sientan partícipes de un
proyecto compartido y no simples “espectadores”. Somos socios, aliados en esta
tarea de educar a nuestros hijos y alumnos. Todos tenemos algo que aportar,
algo que decir. Pero eso no puede quedar en “buenas intenciones” debemos
convertirlo en una realidad en nuestros centros por eso es momento de empezar a
“derribar los muros” de las escuelas y que dejemos de ver a las familias como
aquellos que vienen a “fiscalizar” nuestro trabajo. Tienen un papel mucho más
importante y así lo hemos de valorar y reconocer.
4.
Un
compromiso educativo de las familias y del profesorado. De todos es sabido que
la implicación de las familias es un factor decisivo en el éxito escolar del
niño. Necesitamos del compromiso individual de cada uno de nosotros para
aportar soluciones.
Además
de todo esto, vamos a necesitar de un compromiso
educativo de la sociedad si queremos que el cambio educativo sea una
realidad. Necesitamos la implicación de todos: de los medios de comunicación,
de las familias, de la escuela, de los políticos. Etc. Todos podemos y debemos
aportar nuestro pequeño granito de arena para contribuir a cambiar y mejorar la
educación. No podemos esperar de manera ingenua a que los gobiernos resuelvan
el problema educativo porque hasta la fecha hemos dejado esta toma de decisiones
en manos de los políticos y la situación, lejos de mejorar, no ha hecho sino
empeorar. ¿Por qué motivo? Porque no podemos arreglar la situación poniendo
“pequeños parches” necesitamos una transformación real y profunda de nuestro
sistema.
Debemos
empezar a actuar y dejar de esperar a que algo ocurra y cambien las cosas “por
arte de magia”. Nadie es imprescindible pero todos somos necesarios. Y tú,
¿quieres seguir esperando a que todo cambie o te animas a pasar a la acción?
Está en tus manos. Muchas gracias de antemano por intentarlo.
“Tú debes ser el cambio que quieres ver en la educación”
Espero que te haya resultado interesante el artículo. Te agradecería si lo compartieras en tus redes sociales con amigos y conocidos para promover este movimiento de #cambioeducativo. Mil gracias de antemano.
¿Quieres ser el primero en recibir mis artículos y novedades? Suscríbete a mi Newsletter hoy mismo aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario